domingo, 30 de diciembre de 2012

SIN MIEDO Y SIN LÁGRIMAS


"...Pero ya no tiene miedo. Lo perdió, al igual que las lágrimas. Y con el miedo y las lágrimas perdió las primeras furias, la cólera iracunda que debía sofocar, escondida en un panteón del cementerio del Este, cuando escuchaba las descargas de los fusiles y los tiros de gracia. Ya sólo sentía una rabia amarga, que tragaba despacio con su desolación mientras se acercaba a los cadáveres con unas tijeras en la mano...
...La primera vez que doña Celia fue al cementerio del Este, se repitió a sí misma que no volvería a hacerlo. Y fue llorando. Por Almudena lo hizo, porque doña Celia no tuvo la suerte de saber a tiempo que iban a fusilar a su hija. Ella no había podido darle sepultura, ni le había cerrado los ojos, ni le había lavado la cara para limpiarle la sangre antes de entregarla a la tierra. Almudena. Y por eso va todas las mañanas al cementerio del Este, y se esconde con su sobrina Isabel en un panteón hasta que dejan de oírse descargas. Por eso corre después hacia los muertos, y corta con unas tijeras un trocito de tela de sus ropas y se los muestra a las mujeres que esperan en la puerta, las que han sabido a tiempo el día de sus muertos, para que algunas de ellas los reconozcan en aquellos retales pequeños, y entren al cementerio. Y puedan cerrarles los ojos. Y les laven la cara."

("La voz dormida"; Dulce Chacón)

domingo, 23 de diciembre de 2012

ROPA TENDIDA

"En el balcón de la vecina, la ropa tendida estremeció a Pepita. Ella miraba siempre aquel balcón de la esquina de Relatores con Atocha, por si la llamaba Felipe. Lo miraba de reojo, cada vez que salía o entraba a la pensión.


Era casi de noche. aúno no habían prendido las farolas. Pepita regresaba de la estación, adonde acudía a diario para recoger carbonilla de la que soltaban los trenes. Normalmente iba por la mañana temprano, antes de ir a casa de los señores. Pero en esta ocasión, repitió el viaje por la tarde cuando salió del penal con más tiempo que de costumbre al no haber podido comunicar con Hortensia. Miró hacia el balcón, y distinguió de inmediato el mantel a cuadros, las dos servilletas y el calcetín pinzado sobre una de ellas. Para no sentir la congoja que le subía del estómago, comenzó a correr. Felipe la llamaba. Podría fingir que estaba enferma. Podría caerse en ese mismo momento y romperse en dos. Corrió, como si pudiera huir, como si pudiera ignorar la ropa tendida en el balcón de la vecina. Corrió, derramando tras de sí la carbonilla que llevaba en su lata de cinc".

("La voz dormida"; Dulce Chacón)

jueves, 20 de diciembre de 2012

NUEVE DE MARZO


"Es el nueve de marzo de mil novecientos treinta y siete. Era el nueve de marzo, cuando doña Martina abrió la maleta. Esa misma mañana, Elvira acudió con su madre a Capitanía General, y no encontraron el nombre de su padre en las listas.
El nueve de marzo de mil novecientos treinta y siete, su madre le dijo a Elvira que habría que avisar a Paulino, poco después de cerrar la maleta, donde sólo encontraron dos uniformes, una gorra de plato, dos pares de leguis y ropa interior; ningún otro objeto personal, y todo el silencio, de su padre".

("La voz dormida"; Dulce Chacón)

miércoles, 7 de noviembre de 2012

CAMINOS

"Elena pensó durante mucho tiempo que no había sido una buena idea dejar a Fernando. Mil veces tuvo la tentación de volver con él. En momentos en los que la soledad apretó con fuerza ni ella misma se acordaba del motivo de su decisión, se sentía ridícula cuando no sabía explicar las razones por las que le había dejado. A ratos sentía rabia por no encontrar nada que reprochar a Fernando. Ni en eso se lo puso fácil para olvidarle...


...Ha tardado en entender que, cuando se cambia de camino, el nuevo no tiene por qué ser mejor Simplemente es distinto. La vida de Elena ahora no es mejor que la de antes, pero al menos es suya".

("Para Ana (de tu muerto)"; Nuria Roca y Juan del Val)

viernes, 2 de noviembre de 2012

HACIA EL INFINITO

"Carlos nunca miraba para atrás, nunca creyó que ningún tiempo pasado fuera mejor. En nada. Carlos, hasta que yo viví con él, jamás se arrepintió de nada de lo que había hecho por mal que le saliera. La vida era para él un coche sin marcha atrás, sin retrovisores y, lo que fue peor, sin frenos. A mí me costó mucho acoplarme a esa forma de entender la vida, aunque, cuando la dejé, no fue fácil acostumbrarme a la contraria".



("Para Ana (de tu muerto)"; Nuria Roca y Juan del Val)

viernes, 26 de octubre de 2012

ZAPATOS DE CHAROL GRANATES

"No lo he pensado mucho, pero creo que soy atea. Carlos lo era por convicción y yo creo que lo soy porque no me queda más remedio. Mis padres eran religiosos, muy conservadores, creo. A mis padres no les dio tiempo a educarme, pero en ocasiones he pensado que algunas cosas de las que hago, sobre todo en el sexo, no les habrían parecido bien. Yo fui a catequesis e hice la comunión. Los tres íbamos a misa todos los domingos. A misa de once para ser exactos, y luego a un bar donde mi padre tomaba cerveza y mi madre mosto. Yo me quedaba jugando en un parque que había justo entre la parroquia y el bar. Después nos íbamos a comer a casa de mi abuela, con ella y con mi tía. Recuerdo cómo iba vestida de domingo. Antes, a los niños, nos vestían de domingo. Mi uniforme era un vestido de florecitas azules, leotardos blancos, un abrigo gris de botones muy grandes y una diadema de terciopelo negro. 


Una vez tuve unos zapatos de charol granate oscuro que me compró mi madre. Ese fue posiblemente el día más feliz de toda mi infancia. Yo tendría unos siete años y me los compró un martes. Contaba los días con ansiedad para que llegara el siguiente domingo y poder estrenarlos. Fui a misa con ellos y me la pasé mirando el maravilloso brillo de mis zapatos de charol granate. Después, como siempre, mis padres fueron al bar y yo al parque. Estuve allí todo el rato hasta que mis padres salieron del bar. Al levantarme, comprobé que las punteras de mis zapatos de charol estaban arañadas por la tierra y se veía el cuero negro que había debajo del charol. Ver aquellas punteras destrozadas me provocó una tristeza que recuerdo insuperable. Algunas veces me acuerdo todavía de mis zapatos rotos y creo que ahora mismo podría dibujar con absoluta precisión la forma de aquellas nubes negras que se instalaron en mis zapatos hasta que mi madre me los cambió por otros negros normales, "mucho más sufridos", según ella. Recordando el brillo de mis zapatos granates, creo que aquella mañana en el parque descubrí que las cosas que realmente quieres mucho duran demasiado poco. Y lo peor es que fui yo quien los destrocé sin darme cuenta".

("Para Ana (de tu muerto)"; Nuria Roca y Juan del Val)

MIEDO

"Esos "trocitos" de libros que un día leíste y sin saber la razón exacta quedan en tu memoria para siempre..."



("La mecánica del corazón"; Mathias Malzieu)

martes, 23 de octubre de 2012

METRO

"La gente cuando va en el Metro se vuelve fea. Lo da el lugar. Sobre todo por las mañanas. La fealdad de las personas en el Metro no es casual, se produce porque nadie quiere estar allí. Cenando en un restaurante en verano a la orilla del mar sucede todo lo contrario. El feo es normal, el normal es guapo  y el guapo lo es mucho. Eso pasa porque esa gente está donde quiere estar".



("Para Ana (de tu muerto)"; Nuria Roca y Juan del Val)

CUANDO ERA NIÑA

"...Cuando recuerdo a mis padres, entiendo que los he intentado olvidar. Los recuerdos que tengo de ellos con de muy niña, del barrio donde vivíamos. Me acuerdo de una bici roja y mi padre ayudándome a montar a dos ruedas en un descampado, una Nancy a la que mi madre bañaba conmigo, el taxi que cogíamos los domingos para ir a ver a los abuelos y a los tíos, que vivían en Usera. Una tienda de ultramarinos que regentaba un tal señor Diego, muy bajito, y su señora, una mujer muy fea y muy alta de la que apenas recuerdo su cardado color rojo, una bata azul desgastada con la que atendía detrás del mostrador y un lunar marrón muy grande que tenía en una mejilla. Del señor Diego recuerdo que cojeaba, que tenía el pelo blanco y que siempre me daba una piruleta ante la mirada cómplice de mi madre, que se hacía la disgustada con el eterno: "Luego hay que comerse toda la comida". Apenas recuerdo la enfermedad de mis padres ni la tristeza que me dio su ausencia. Un día, mi vida era de una manera y, de repente, fue de otra muy distinta. Hasta que mi madre enfermó, creía que a mí no podría pasarme nada malo. Después me quedé sola y comencé a sentir que no podría pasarme nada bueno.  Me equivoqué las dos veces. Ahora, hay muchos días que me despierto pensando que, pase lo que pase, en realidad nunca pasa nada. La vida va transcurriendo sin que podamos cambiarla. Hay otros días, sin embargo, que me levanto con la esperanza de volver a estar equivocada".


("Para Ana (de tu muerto)"; Nuria Roca y Juan del Val)

miércoles, 17 de octubre de 2012

TRENES...


"Llega un momento en la vida en que debes decidir qué tren quieres tomar y, una vez en él, no puedes pensar lo que ocurriría si tomaras otro. Hay que disfrutar a tope y aprovechar al máximo todo lo que nos ofrece en su interior. No podemos conocer qué esconden los demás trenes, aunque nos despertemos muchas noches soñando que eran mejores. En realidad, la perfección sólo existe en nuestro interior, en lo que creemos nosotros que es perfecto. Todos los caminos nos conducirán a un lugar distinto, pero serán nuestros pasos lo que nos van a permitir encontrar más o menos chispas de felicidad en cualquiera de ellos".




("Correr o morir"; Kilian Jornet)

LA MONTAÑA


"...Y así fue como nuestros padres nos enseñaron a amar la montaña: haciendo que nos sintiéramos parte de ella. Porque en el fondo una montaña es como una persona: para amarla, primero hay que conocerla, y una vez conocida, puedes saber cuándo está enfadada y cuándo contenta, cómo tratarla, cómo jugar con ella, cómo cuidarla cuando le hacen daño, cuándo es mejor no molestarla..., pero la diferencia con cualquier persona es que la montaña, la naturaleza, la tierra, es inmensamente mayor que tú. No hay que olvidar nunca que tú solamente eres un pequeño punto, un puntito en el espacio, en el infinito, y que es ella quien decide en cualquier instante si quiere borrar o no este punto".

("Correr o morir"; Kilian Jornet)




martes, 16 de octubre de 2012

(CARTA Nº 9); LUCHA POR ALGO SUPERIOR A TÍ MISMO

(Taj Mahal, Nueva Delhi (India), mausoleo construido por amor a principio de la década de 1600 por Shah Jahan emperador del Imperio Mongol)

"No hay personas vivas que estén de más en este mundo. Cada uno de nosotros está aquí por un motivo, por un propósito especial, para cumplir una misión. Sí, construye una vida hermosa para ti y para quienes amas. Sí, sé feliz y pásalo muy bien. Y sí, ten éxito. Siempre siguiendo tus principios y no tanto los que te sugiere la sociedad. Pero, sobre todas las cosas, sé importante. Haz que tu vida trascienda, sé útil. Y sé de utilidad al máximo número de personas. Es la forma en que cada uno de nosotros puede pasar del reino de lo común a las alturas de los extraordinario. Y caminar entre las mejores personas que han existido jamás".


("Las cartas secretas del monje que vendió su Ferrari"; Robin Sharma)




sábado, 13 de octubre de 2012

(CARTA Nº 8); EL PROPÓSITO DE LA VIDA ES AMAR

"Lo bien que vivas depende de cómo ames. El corazón es más sabio que la razón. Hónralo. Confía en él. Síguelo".


(La ciudad de las Rocas Rojas, Arizona- Sedona (EEUU), paisaje desértico más hermoso del mundo)


("Las cartas secretas del monje que vendió su Ferrari"; Robin Sharma)

(CARTA Nº 7); LOS PLACERES MÁS SIMPLES DE LA VIDA SON NUESTRAS MAYORES ALEGRÍAS

(Shangai (China), la ciudad de los rascacielos y la modernización salvaje)

"La mayoría de las personas no descubren qué es importante en la vida hasta que son demasiado mayores para actuar en consecuencia. Pasan gran parte de sus mejores años persiguiendo objetivos que al final importan poco. Aunque la sociedad nos invita a llenar nuestras vidas de objetos materiales, la mejor parte de nosotros sabe que los placeres más simples son los que nos enriquecen y nos llenan. No importa que nuestra situación sea difícil o acomodada, todos poseemos una gran riqueza de sencillas bendiciones a nuestro alrededor, a la espera de que la valoremos. Si lo hacemos, nuestra felicidad aumenta. Nuestra gratitud se propaga. Y cada día se convierte en un asombroso regalo".

("Las cartas secretas del monje que vendió su Ferrari"; Robin Sharma)

martes, 9 de octubre de 2012

(CARTA Nº 6); ESCOGE BIEN TUS INFLUENCIAS

"No vivimos el día a día solos ni al margen del mundo que nos rodea. Por ello debemos estar siempre atentos con las personas y las cosas a las que damos cabida en nuestra vida. Es señal de sabiduría el decidir pasar el tiempo en aquellos lugares que nos inspiran y nos llenan de energía, y relacionarse con esas personas que elevan nuestro espíritu y nos animan. Tanto en nuestro trabajo como en nuestra vida personal, esos amigos y conocidos más positivos nos ayudarán a ser la mejor versión de nosotros mismos y a llevar una vida más trascendental".


(Isla Cabo Bretón, Nueva Escocia (Canadá), una de las islas más bonitas del mundo. En ella se encuentra uno de los lagos de agua salada más grandes del mundo: el Bras d´Or)


("Las cartas secretas del monje que vendió su Ferrari"; Robin Sharma)

jueves, 4 de octubre de 2012

(CARTA Nº 5); VIVE LO MEJOR QUE PUEDAS Y TRABAJA DE IGUAL FORMA

(Sagrada Familia, Barcelona (España), obra de Gaudí)

"No hay trabajos insignificantes en este mundo. Toda tarea es una oportunidad para expresar el talento personal, para crear una obra de arte y ser conscientes del genio que podemos llegar a ser. Debemos trabajar tal como pintaba Picasso: con devoción, pasión, energía y excelencia. Así, nuestra productividad no solo se convertirá en fuente de inspiración para los demás, sino que tendrá impacto, pues cambiará las vidas de quienes nos rodean. Uno de los mayores secretos para vivir la vida de forma hermosa es llevar a cabo trabajos importantes. Y hacerlo de un modo tan magistral que los demás no puedan dejar de fijarse en uno".

("Las cartas secretas del monje que vendió su Ferrari"; Robin Sharma)

martes, 2 de octubre de 2012

(CARTA Nº 4); REALIZA PEQUEÑOS PROGRESOS DIARIOS

"La manera en que hacemos las pequeñas cosas determina la manera en que hacemos todo. Si realizamos las tareas menores de modo correcto, también tendremos éxito en los esfuerzos importantes. La maestría se convierte así en nuestra forma de ser. Pero más importante que esto es que cada pequeño esfuerzo sirve para realizar los siguientes, para que así, ladrillo a ladrillo, podamos construir verdaderas maravillas. Esto genera una gran confianza en uno mismo y se hacen realidad los sueños extraordinarios. Los verdaderos sabios reconocen que los pequeños progresos diarios siempre derivan en resultados excepcionales a largo plazo".


(Yacimiento Uxmal, Mérida (México); uno de los más importantes yacimientos arqueológicos de la cultura maya del periodo clásico)


("Las cartas secretas del monje que vendió su Ferrari"; Robin Sharma)

(CARTA Nº 3); VIVE CON AMABILIDAD

(Barrio de Gion, Kioto (Japón); el barrio de las Geishas)


"Es importante recordar que, al igual que nuestras palabras son la expresión verbal de nuestros pensamientos, nuestras acciones son la manifestación de nuestras creencias. Ninguna acción, sin importar lo pequeña que sea, es insignificante. La forma en que tratamos a una sola persona define cómo tratamos a todo el mundo, incluido nosotros mismos. Si no respetamos a los demás, no nos respetamos a nosotros mismos. Si somo desconfiados con los demás, somos desconfiados con nosotros mismos. Si somos crueles con los demás, seremos crueles con nosotros mismos. Si no podemos apreciar a quienes nos rodean, no nos apreciaremos a nosotros mismos. Con cada una de las personas que nos relacionamos, con todo lo que hacemos, debemos ser más amables de lo que se espera que seamos, más generosos de lo que se prevé, más positivos de lo que nosotros mismos creemos posible. Cada instante experimentado frente a otro ser humano es una oportunidad de expresar nuestros más elevados valores y de influir en alguien con nuestra humanidad. Podemos lograr que el mundo sea mejor, persona a persona".

("Las cartas secretas del monje que vendió su Ferrari"; Robin Sharma)

(CARTA Nº 2); ACOGE TUS MIEDOS

"Lo que nos retiene en la vida es la arquitectura invisible del miedo. Nos hace permanecer en nuestras zonas de bienestar, que son, en realidad, los lugares menos seguros en lo que vivir. De hecho, el mayor riesgo en la vida es el de no correr riesgos. Sin embargo, cada vez que hacemos aquello que tememos, recuperamos la fuerza que nos ha robado el miedo, porque nuestra fuerza reside del otro lado de nuestros temores. No puede haber concesiones. Cada vez que asumimos el malestar que generan el crecimiento y la evolución, nos volvemos más libres. Cuantos más miedos afrontemos, más poder recuperaremos. De esta forma, nos volvemos no solo valientes, sino poderosos, y logramos vivir la vida de nuestros sueños".

(Catacumbas de París, (Francia) año 1700)


("Las cartas secretas del monje que vendió su Ferrari"; Robin Sharma)

miércoles, 19 de septiembre de 2012

(CARTA Nº 1); EL PODER DE LA AUTENTICIDAD


                (Estrecho del Bósforo, Estambul (Turquía), separa Europa de Asia)

"El regalo más importante que podemos hacernos a nosotros mismos es el compromiso de vivir nuestra auténtica vida. Ser sinceros con nosotros mismos, no obstante, no es una tarea fácil. Debemos romper con aquello con lo que la sociedad intenta seducirnos y vivir la vida según nuestros principios, con nuestros propios valores y en consonancia con nuestros sueños primigenios. Debemos despertar a ese yo oculto; explorar los anhelos más profundos, más invisibles, las habilidades y debilidades que nos hacen ser quienes somos. Debemos entender dónde hemos estado y adónde vamos. Cada decisión que tomemos, cada paso que demos, debe estar investido de ese compromiso de vivir la vida siendo sinceros y coherentes con nuestro yo auténtico y solo con ese yo. Y, a medida que avancemos, tendremos la certeza de experimentar una fortuna que irá más allá de cualquier riqueza jamás imaginada".

("Las cartas secretas del monje que vendió su Ferrari"; Robin Sharma)

viernes, 7 de septiembre de 2012

CONTRA LA EDUCACIÓN (PARA QUE APRENDAS)

"(...) Mírate a los ojos. Y contéstate. Hace cuánto que no aprendes. Pero aprender de verdad. No conocer. Ni informarte, ni leer ni memorizar, ni siquiera estudiar. Aprender, con A de boca abierta. Aprender, con A de un Antes y un después. Debería darnos vergüenza. Jamás en la historia ha habido una civilización con tantas posibilidades de acceso a todo tipo de información. Y paradójicamente, jamás ha estado tan poco formada.
Hablo de formación, sí. Construir criterio. Muscular inquietudes.
(...) A casi nadie le preocupa ya seguir aprendiendo. Parece que, cuando todo está al alcance, sufrimos de la peor de las procrastinaciones, que es la de las ideas propias. Da la sensación de que a medida que Wikipeida crece, la cultural individual se va al carajo. Supongo que es lógico, ya que nuestra educación, durante años, ha consistido en no hacer jamás preguntas en clase, limitarse a almacenar uno apuntes en memoria RAM, vomitarlos calcaditos el día del examen, y olvidarlos en cuanto apruebes. Ésta es la realidad educativa de este país. Lo sé porque la he disfrutado como alumno. Lo sé porque la sigo sufriendo como profesor. Algo pasa cuando nos creemos que la inquietud es una cosa que se cura con fármacos. Algo ocurre cuando hemos sustituido libros por canales, capítulos por programas, páginas por episodios, tapa dura por plasma o LCD.


Es verdad, también existen los masters, postgrados, cursos, cursillos y seminarios. ¿De cuáles quieres que hablemos primero? De los que vas porque te los paga la empresa, de los que vas sólo para conocer a gente, de los que te apuntas para colgarte del título, o de los que vas porque algo hay que hacer.
Al final, como últimos reductos de aprendizaje, siguen los de siempre, el error, el fracaso, la experiencia, el dolor y la pérdida. Poco más".

("El sentimiento negativo", Risto Mejide)

sábado, 1 de septiembre de 2012

LA FOTO DE LA ESCUELA

"(...) Durante todo el día, uno detrás de otro, fuimos pasando todos por delante de la cámara, repitiendo el mismo gesto y la misma actitud rígida y artificiosamente espontánea: la pluma en una mano, apuntando hacia el cuaderno sin mirarlo, la otra en la bola del mundo (con los dedos sobre España) y los ojos clavados en aquel cristal oscuro desde el que él nos miraba, la cabeza escondida bajo el sombrero y la mano derecha sujetando el final del cable.
Nunca lo volví a ver. El fotógrafo se fue igual que había venido cuando acabó su trabajo, dejándonos tan sólo de recuerdo una sonrisa y, al cabo de algunos días, en que llegaron a la escuela por correo, nuestras propias fotografías coloreadas. A las pocas semanas, ya nadie hablaba de él ni se acordaba siquiera de su paso. Pero, durante mucho tiempo, yo no logré olvidarlo. Durante mucho tiempo, yo esperé su vuelta en vano, vigilando cada poco la ventana con la esperanza de ver aparecer su viejo coche dando tumbos por el fondo de la plaza.
Quizá por eso lo recuerdo todavía, tantos años después y tantas fotografías en la distancia, y, aunque en la suya no encuentre más que mi propio fantasma, su recuerdo sigue impreso en mi memoria como si fuera una foto coloreada".



("Escenas del cine mudo", Julio Llamazares)

domingo, 19 de agosto de 2012

SONRISAS

"A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. Cuando te suena demasiado cualquier principio. Cuando deja de sorprenderte cualquier final.
A sonreír se empieza en cuanto se aprende a soñar flojito. Es inefable. Pásate varios años con demasiadas ilusiones sin cicatrizar, y a todos tus sueños les acabará saliendo una arruga. Y como no los vayas revisando y actualizando de tanto en tanto, algún día te verás explicándoles por qué ya no pueden salir a la calle vestidos de marinerito.
Pero hoy no quiero hablar de sueños. Sino de sonrisas. Y hay muchísimas maneras de estirar la boca...




Para empezar, uno puede sonreír para sí mismo o puede sonreírle a otro. Se trata de sonrisas completamente distintas, sobre todo porque mientras la primera es por donde se escapan ideas a legres y recuerdos indelebles, la segunda constituye el símbolo universal de la complicidad. En este último caso, muchos aseguran que dedicarle a alguien tus labios puede resultar tan contagioso como un bostezo en el metro.
Luego están las sonrisas que enseñan los dientes y las que se hacen las interesantes. Nada que ver las unas con las otras. Creo recordar que el ser humano, junto a algunos primates, es el único animal del planeta que no enseña los dientes como señal de defensa o agresividad, sino justamente de todo lo contrario.
A partir de ahí, todas las demás. Sonrisas de idiota y sonrisas de listillo. Sonrisas falsas, sonrisas malignas, sonrisas tímidas, arrogantes, sonrisas payasas y sonrisas desesperadas. Sonrisas que invitan a un primer paso y sonrisas que declinan toda invitación. Sonrisas verticales, horizontales, de medio lado, de medio pelo y hasta en diagonal.
El catálogo de sonrisas humanas se complementa con formas de bocas, accidentes faciales y jardines dentales, hasta crear las infinitas combinaciones que, en teoría, y sólo en teoría, deberíamos estar presenciando continuamente.
Y es que una variable clave dentro de esta inusual ecuación consiste en el momento en el que decide hacerse presente. Para cualquier otra expresión física, hay que tener muy en cuenta cuándo se manifiesta. Para la sonrisa, no. Da igual la situación en la que te encuentres, una sonrisa bien dibujada siempre te va a ayudar, a ti y seguramente a los demás también. Sí, incluso en un tanatorio, en un accidente y en una ruptura sentimental.
Para terminar matización importante. No confundirse. Sonreír no tiene nada que ver con reír. Simplemente comparten letras. La sonrisa crece. La risa estalla. La sonrisa calla. La risa berrea. La sonrisa escucha. La risa habla. Pero si se puede sonreír incluso mientras se llora. Con eso está todo dicho..."

("El sentimiento negativo", Risto Mejide)

miércoles, 15 de agosto de 2012

LO POCO QUE SÉ DE LA VIDA




"Lo poco que sé de la vida está en los libros que nunca leo. Lo poco que sé de la vida está en las líneas que no escribí. Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa y se olvida tomando dos. Que nadie se me emocione ni albergue falsas esperanzas, porque con lo poco que sé de la vida, a duras penas se llena un corazón, por pequeño que sea. Sí, sobrino, va por vos. Empiezo por lo que sé con toda seguridad. Sé que, con suerte, te vas a morir una vez. Así que procura no morirte más veces por el camino. No hay nada peor que esa gente que se va muriendo antes de morirse del todo. Para evitarlo, te regalo un método infalible. Mientras tú vayas decidiendo, todo está bien. El día que dejes de decidir, ese día, cuidado, porque la habrás palmado un poco. Ten siempre más proyectos que recuerdos, es la única forma que conozco de mantenerse joven. Olvídate de la patraña esa de ser feliz, ya te puedes dar con un canto en los dientes si llegas a ser el único dueño de tus propias expectativas. Que un euro se ahorra y un polvo se pierde. Para siempre. Que hay que dedicarse a algo de lo que jamás te quieras jubilar. Por mucho que te cueste pagar las facturas. Por mucho que en las reuniones de antiguos alumnos te miren mal. Es mejor dedicarse toda una vida a algo que te divierte pese a no llegar a fin de mes, que pasarte un solo día trabajando únicamente por dinero. Entre lo poco que sé de la vida, también te diré que nada de todo esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni velas, ni luz de luna. Ése es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue, te empuje a hacer la cosas de las que jamás te creíste capaz y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus yo nunca, tus yo qué va. Ojalá ames mucho y muy bueno, incluso a riesgo de ser correspondido. Que te despojen de todo, que hagan jirones de tus ganas y que te veas obligado a remendarlas con el hilo de cualquier otra ilusión. Que desees y seas deseado, que se frustren todas tus esperanzas y que acabes descubriendo que la única forma de recobrar el primer amor, que es el propio, es en brazos ajenos. Dos emociones inútiles asociadas al pasado, arrepentimiento y culpa, y una emoción inútil asociada al futuro, la preocupación. Cuanto antes te desprendas de las tres, antes empezarás a apreciar lo único que tienes. Qué más. Ah sí. Sé que al menos un amigo te va a traicionar, otro será traicionado por ti, y que te pongas como te pongas, los que no hayas hecho antes de los treinta, ya jamás pasarán de buenos conocidos. Cuenta sólo con los tres principales, porque a partir de ahí, todo es mentira. Para terminar, y hablando del tema, déjame que te presente a tu mejor enemigo. Se llama miedo. Quédate con su cara, porque va a estar jodiéndote de ahora en adelante. Miedo al fracaso. Miedo al qué dirán. Miedo a perder lo que tienes. Miedo a conseguirlo. Miedo a saber poco de la vida. Miedo a tener razón".


("El sentimiento negativo", Risto Mejide)

sábado, 28 de julio de 2012

JUNGLA DE CRISTAL

"Nunca entenderé cómo las personas pueden vivir rodeadas de cemento, hormigón, asfalto, hierro y cristal. Es difícil encontrar en este lugar un solo reflejo de lo que había sido, cuando tiempo atrás la Tierra seguía su curso ajeno a la mano del hombre. ¿Dónde está el agua que, fluyendo con libertad, buscaba abrirse paso entre las rocas para encontrar el mejor camino para llegar a su destino, el mar? ¿Y las flores que intentaban sobrevivir rodeadas de árboles y arbustos, luchando con otras flores para robar aquel rayo de luz que les permitiera mostrar todo su esplendor? Los animales no encuentran el terreno para poder seguir su instinto para refugiarse, buscar sus presas, sus escondites para permanecer lejos de la mirada de sus depredadores; en fin, para vivir. ¿Y nosotros? ¿En el fondo no somos animales? Como los perros, los gatos y los loros, ¿no estamos encerrados entre cuatro paredes de cemento que nos impiden volar libres para poder sentir la esencia humana, la de aquel animal que duerme dentro de nosotros esperando el momento de despertar y correr por su medio? (...)


"(...) Pero una vez despojados de esta artificialidad, desligados de toda humanidad, cuando finalmente hemos encontrado lo que tanto deseábamos, nos sentimos desprotegidos, indefensos y vulnerables. El miedo se instala en nuestras venas, como buscando la adrenalina, esperando el placer inmediato de saltar al vacío, de no poder controlar nuestras emociones, nuestro cuerpo. Al prolongarse esta situación, el miedo a perdernos, de no encontrar la salida, del súbito ataque de un lobo, nos asusta e, irracionalmente, ante cada mínimo ruido o al percibir movimiento, nos damos la vuelta esperando el ataque, buscamos la salida de este profundo pozo por temor a morir, indefensos en medio de la naturaleza. Creo que es el miedo a morir lo que nos asusta cuando no estamos en contacto con nada humano. Nuestros genes no han habituado a la seguridad de un mundo racional, donde todos los caminos nos conducen a la protección de los nuestros, y privados de un vínculo con ellos, sentimos como si el camino de nuestra vida pudiera cortarse en cualquier momento, por peligros ignotos. Es irracional, es el miedo que sentimos por la humanidad, que sin darte cuenta te lo roba todo, te hace sentir suyo, protegido entre sus brazos, y te compaña allá donde llega su mano, pero al mismo tiempo te desarma de aquel instinto que nos permitía descubrir allende sus fronteras".



("Correr o morir", Kilian Jornet)

lunes, 23 de julio de 2012

EL CUBO DE LA BASURA




"Cuando uno está solo, cuando uno vive solo y además en el extranjero, se fija enormemente en el cubo de la basura, porque puede llegar a ser lo único con lo que se mantiene una relación constante, o, aún es más, una relación de continuidad. Cada bolsa negra de plástico, nueva, brillante, lisa, por estrenar, produce el efecto de la absoluta limpieza y la infinita posibilidad. Cuando se coloca, a la noche, es ya la inauguración o promesa del nuevo día: está todo por suceder. Esa bolsa, ese cubo, son a veces los únicos testigos de lo que ocurre durante la jornada de un hombre solo, y es allí donde se van depositando los restos, los rastros de ese hombre a lo largo del día, su mitad descartada, lo que ha decidido no ser ni tomar para sí, el negativo de lo que ha comido, de lo que ha bebido, de lo que ha fumado, de lo que ha utilizado, de lo que ha comprado, de lo que ha producido y de lo que le he visto crecer, transformarse, formarse en una mezcla indiscriminada de la cual, sin embargo ese hombre no sólo conoce la explicación y el orden, sino que la propia e indiscriminada mezcla es el orden y la explicación del hombre. La bolsa y el cubo son la prueba de que ese día ha existido y se ha acumulado y ha sido levemente distinto al anterior y del que seguirá, aunque es asimismo uniforme y el nexo visible con ambos. Es el único registro, la única constancia o fe del transcurrir de ese hombre, la única obra que ese hombre ha llevado a cabo o verdaderamente. Son el hilo de la vida, también su reloj. Cada vez que uno se acerca al cubo y echa en él algo, vuelve a ver y a tener contacto con las cosas que tiró en las horas previas, y eso es lo que le da un sentido de la continuidad: su día está jalonado por sus vivistas al cubo de la basura, y allí ve el envase del yogur de fruta que desayuno, y aquel paquete de tabaco del que al comenzar la mañana quedaban sólo dos cigarrillos, y los sobres ahora vacíos y rotos que le trajo el correo, los botes de coca-cola y la viruta de un lápiz al que sacó punta antes de empezar el trabajo"


("Todas las almas", Javier Marías)

sábado, 21 de julio de 2012

LAGO TAHOE...

"Empieza a caer la noche sobre mis espaldas, el sol se esconde tras los afilados picos y las rocosas paredes bañadas en nieve, y me ofrece los últimos destellos de luz, al tiempo que el cielo se tiñe de rojo en consonancia con los árboles otoñales que tengo detrás de mí. Poco a poco, siguiendo el ritmo de mis pasos, la luz empieza a desaparecer en el oeste, mientras el manto de oscuridad cubre rápidamente el cielo y esconde los tonos naranjas y verdes del bosque, que adopta unas tonalidades crudas mucho más apagadas y oscuras. El camino empieza a desfigurarse bajo mis pies y no tropezar con las piedras que aparecen a mi paso va convirtiéndose en una ardua tarea. La luz se ha llevado consigo el calor, la temperatura desciende y se me empiezan a helar las mejillas y la nariz al contacto con el aire gélido. Las pupilas de los ojos se me han dilatado al máximo en un intento de anticipar lo que sienten las plantas de los pies. Durante los primeros minutos en la oscuridad, los pasos son torpes y me caigo varias veces al suelo sorprendido por una raíz que atraviesa el camino. Pero con el tiempo mis ojos se habitúan a la oscuridad y la vista deja paso a los sentidos del tacto y el oído y veo como si fuera de día...

(Lago Tahoe, California)

... No recuerdo cuántas noches seguidas llevo corriendo, cuántas noches mis ojos no han encontrado reposos para proseguir el camino. Hoy, por primera vez, estoy cansado; por primera vez desde hace muchos días siento los ojos pesados y cómo mi mente planea en un mundo de oscuridad y pesantez. Recuerdo esta sensación..."

("Correr o morir", Kilian Jornet)

viernes, 20 de julio de 2012

LA COMPETICIÓN


"Disfruto compitiendo, y competir es ganar, la sensación de cortar la cinta. Salir de la última curva de la carrera y atisbar la cinta al fondo de la recta final. Girarse por última vez y comprobar que nadie me va a estropear este momento. Mirar al frente, cerrar los ojos y acelerar, para sentir cómo el público me empuja hacia la victoria, olvidando el dolor, olvidando el cuerpo, únicamente teniendo conciencia de mi espíritu, que vibra con las emociones de los últimos segundos antes de notar mi vientre, aún empapado de sudor, empujando y tirando la cinta. Es la rabia de tanta presión soportada durante años, meses, y durante las últimas horas de carrera, que estalla en los metros finales al comprobar que todos los sacrificios y trabajos no han sido en balde. Es alma, la que me dijo que podría conseguirlo y que ahora me dice que lo he logrado. Es todo ello, durante unos pocos segundos antes de cortar la cinta de la victoria, lo que dota a mi cuerpo de una extraordinaria fuerza capaz de correr más deprisa de lo que he corrido jamás, capaz de saltar más arriba, lo que hace añicos mi mente como la más débil y me hace reír, llorar, caerme, besar sin control. Es la piel de gallina y las lágrimas de felicidad. Es increíble. Y por todo ello merecen la pena los sacrificios hechos y aún más".



("Correr o morir", Kilian Jornet)

sábado, 14 de julio de 2012

¿QUÉ QUIERES SER DE MAYOR?

"(...)
.- Contador de lagos. ¡Yo, de mayor, quiero ser contador de lagos!

La profesora apartó la mirada de la pizarra, donde confeccionaba una lista con las profesiones que los niños de la clase deseábamos ser de mayores, y la dirigió hasta mi mesa.

.- Sí, contador de lagos. Pero solo quiero contar cuántos hay. Yo iré por el monte y, cuando encuentre un lago, miraré cuán profundo es lanzando una piedra en mitad del agua atada a una cuerda, miraré cuantos pasos mide de longitud y de anchura. Los ríos que llegan a él, de dónde vienen. Y los que del lago sale, hacia dónde van. Miraré si hay peces, o ranas o renacuajos. Y si el agua está limpia o no.

.- Rosa me miró aún con mayor asombro, puesto que no es el trabajo más común que suelen desear los niños de cinco años, pero yo estaba convencido de ello. Era mi destino.

(Fotografía: Lagos de Covadonga, Asturias)

(...) Porque en el fondo una montaña es como una persona: para amarla, primero hay que conocerla, y una vez conocida, puedes saber cuándo está enfadada y cuándo contenta, cómo tratarla, cómo jugar con ella, cómo cuidarla cuando le hacen daño, cuándo es mejor no molestarla... pero la diferencia con cualquier persona es que la montaña, la naturaleza, la tierra, es inmensamente mayor que tú. No hay que olvidar nunca que tú solamente eres un pequeño punto, un puntito en el espacio, en el infinito, y que es ella quien decide en cualquier instante si quiere borrar o no este punto."

("Correr o morir", Kilian Jornet)


viernes, 13 de julio de 2012

LAS MANOS



" (...) o tal vez las manos, las manos son dos libros abiertos, no por las razones, supuestas o auténticas, de la quiromancia, con sus líneas del corazón y de la vida, de la vida, sí, han oído bien, queridos señores, de la vida, sino porque hablan cuando se abren o cierran, cuando acarician o golpean, cuando enjugan una lágrima  o disimulan una sonrisa, cuando se posan sobre un hombro o expresan un adiós, cuando trabajan, cuando están quietas, cuando duermen, cuando despiertan (...) "


("Las intermitencias de la muerte", José Saramago)



lunes, 9 de julio de 2012

CORRER O MORIR


"Kiss or kill. Besa o mata. Besa la gloria o muere en el intento. Perder es morir, ganar es sentir. La lucha es lo que diferencia una victoria, un vencedor. Y cuando ganes se sorprendente en la madurez y emocionante en la humildad".


("Correr o morir", Kilian Jornet)

MÁS QUE SOMBRAS


"Ciertas personas creen que cuando llega la hora de morir vemos una luz blanca cegadora y muy intensa. Sin embargo, yo no veo más que sombras. Sombras gigantes hasta donde alcanza mi vista y también veo una tormenta. de copos negros. Una nieve negra que recubre progresivamente mis manos, luego mis brazos separados. Parece que nazcan rosas rojas, hasta tal punto que la sangre perfora el suelo polvoriento. Luego las rosas se borran, y mi cuerpo entero desaparece también. Estoy a la vez relajado y nervioso, como si me preparara para un largo viaje en avión.
Un último ramillete de chispas nace bajo mis párpados: Miss Acacia bailando en equilibrio sobre sus pequeños tacones de aguja,  mi querida doctora Madeleine inclinada hacia mí, dándole cuerda al reloj de mi corazón, Arthur vociferando su swing a golpes de "Oh When the Saints", Miss Acacia bailando sobre sus agujas, Miss Acacia bailando sobre sus agujas, Miss Acacia bailando sobre sus agujas...
Los gritos llenos de espanto de Miss Acacia me sacan finalmente de ese estado segundo. Levanto la cabeza y la contemplo. Tengo dos agujas rotas entre mis manos. En su mirada, la tristeza y la cólera han dejado su lugar al miedo. Sus mejillas, se ahuecan, sus cejas en acento circunflejo recortan su frente. Sus ojos, ayer repletos de amor, parecen dos calderas llenas de agujeros. Tengo la impresión de que me observa una hermosa muerta. Me invade un inmenso sentimiento de vergüenza, mi cólera hacia mí mismo sobrepasa la que siento por Joe.
(...) Sin embargo, me creía capaz de todo por ella, de pulverizar copos de luna para cubrir de brillo sus párpados, de no dormir nunca más hasta los trinos de los pájaros que bostezan a las cinco de la mañana, de atravesar la tierra para reunirme con ella al otro lado del mundo... ¿Y cuál ha sido el resultado?.
Un relámpago atraviesa en eslalon los árboles para terminar su trayecto en la playa silenciosa. El mar se ilumina por un instante.
(...) Es hora de que vuelva a empaquetar mis cacerolas de sueños".

("La mecánica del corazón",  Mathias Malzieu)



domingo, 8 de julio de 2012

DESDE ESE DÍA...



"Desde ese día no dejé de soñar con reencontrarme. Le supliqué a Madeleine que me inscribiera en la escuela cuando me enteré que tú también ibas, esperé mucho tiempo, dos años al menos, pero en tu lugar me encontré con Joe. Joe y su coro de burlones. Mi primer día de escuela tuve la mala fortuna de preguntar si alguien conocía a "una pequeña cantante sublime que anda tropezándose por todas partes". Lo mismo sería decir que con eso firmé mi sentencia de muerte. Joe no soportaba la idea de que ya no estuvieras a su lado, y cristalizaba toda su frustración en mí. Percibía cómo vibraba por ti, y eso reduplicaba sus celos. Cada mañana, franqueaba el portal de la escuela con una bola de angustia que ya no abandonaba mi estómago durante el resto del día. Padecí ataques durante tres años escolares. Hasta aquel día en que decidió arrancarme la camisa para dejarme con el torso desnudo delante de toda la escuela. Quiso abrir  mi reloj para humillarme aún un poco más, pero, por primera vez, me resistí. Nos peleamos y la cosa terminó mal, muy mal, como ya sabes.
Dejé entonces Edimburgo en plena noche, dirección a Andalucía. Crucé media Europa para encontrarte. No fue fácil. Extrañaba a Madeleine, Arthur, Anna y Luna, y aún les extraño, de hecho... Pero quería volver a verte, era mi mayor sueño. Sé que Joe ha vuelto para quitármelo. Hará todo lo que pueda para apartarte de mí. Ya ha empezado, ¿acaso no lo ves?".

("La mecánica del corazón", Mathias Malzieu)

sábado, 7 de julio de 2012

UN CORAZÓN DE MADERA

"Vamos, ven a mi árbol en flor, esta noche apagaremos la luz y dejaré pares de gafas sobre tus brotes. Con la punta de tus ramas rayarás la bóveda celeste y sacudirás el tronco invisible que sostiene la luna. De nuevo caerán los sueños como una nieve tibia a nuestros pies. Tus raíces en forma de tacón de aguja las plantarás en la tierra, firmemente ancladas. Deja que me suba a tu corazón de bambú, quiero dormir a tu lado.


Suena medianoche en el reloj. Advierto algunas virutas de madera en la cama; algunas partes de mi reloj se astillan. Miss Acacia desembarca sin gafas pero con una mirada tan concentrada como si tuviéramos un encuentro de negocios.

.- Estuviste muy raro anoche, incluso me dejaste marchar sin decirme adiós, ni un beso, nada. Jugueteabas con tu reloj, hipnotizado. Tuve miedo de que te cortaras con las agujas.
.- Lo siento mucho, solo quería probar una cosa para que te quedaras un poco más de tiempo, pero no funcionó.
.- No, no funcionó. No juegues conmigo. Te quiero, pero ya sabes que no puedo quedarme hasta el amanecer.
.- Lo sé, lo sé... es precisamente por eso que intenté...
.- Además, podrías quitarte el reloj mientras estamos juntos, me hace daño cuando me abrazas...
.- ¿Quitarme el reloj? ¡No puedo!"

("La mecánica del corazón", Mathias Malzieu)

miércoles, 20 de junio de 2012

PEQUEÑA MUERTE


"(...) O tal vez no siempre lo seas, tal vez las cosas que suceden en el mundo se expliquen por la ocasión, por ejemplo, la luna deslumbrante que el  músico recuerda de su infancia habría pasado en vano si él se encontrara durmiendo, sí, la ocasión, porque tú ya eras otra vez una pequeña muerte cuando regresaste al dormitorio y te sentaste en el sillón, y más pequeña aún te hiciste cuando el perro se levantó de la alfombra y se subió a tu regazo que parecía de niña, y entonces tuviste un pensamiento de los más bonitos, pensaste que no era justo que la muerte, no tú, la otra, viniese algún día a apagar la brasa de aquel suave calor animal, así lo pensaste, quién lo diría, tú que estás tan habituada a los fríos árticos y antárticos que hacen en la sala en que te encuentras en este momento y adonde la voz de tu ominoso deber te llamó, el de matar a aquel hombre que, dormido, parecía tener en la cara el rictus amargo de quien en toda su vida había tenido una compañía realmente humana en la cama, que hizo un acuerdo con su perro para que cada uno soñara con el otro, el perro con el hombre, el hombre con el perro, que se levanta de noche con su pijama de raya para ir a la cocina a matar la sed, claro que sería más cómodo llevarse un vaso de agua al dormitorio cuando fuera a acostarse, pero no lo hace, prefiere su pequeño paseo nocturno por el pasillo hasta la cocina, en medio de la paz y el silencio de la noche, con el perro que siempre va detrás y a veces pide salir al patio, otras veces no. Este hombre tiene que morir, dices tú".

("Las intermitencias de la muerte", José Saramago)

martes, 19 de junio de 2012

COMO ARAÑAS ENTRE LAS ESTRELLAS



"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca... la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas".





("En el camino", Jack Kerouac)

miércoles, 13 de junio de 2012

¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!

"Me creo cualquier tipo de inexactitud en lo que respecta a los años. Si tú me dices 30 y es razonable, yo me lo creo aunque rondes los 40. Creo que la edad sirve de poco en esta vida. Mi madre decía que la edad verdadera están en el estómago y en la cabeza. Las arrugas son tan sólo fruto de las preocupaciones y de comer mal. Yo siempre he pensado que tenía razón, así que he intentado preocuparme poco y comer mucho.
He notado que la gente suele sentirse bien cuando me comenta su edad. Yo les respondo: "Te hacía más joven". Y eso vuelve loca a la gente. Esto y comentar el moreno de su piel es lo que más agradecen. Si le dices a alguien: "Te hacía más joven y estás muy moreno", la locura ya es máxima.


Es curioso el hijo de mi primo, que ahora tiene 6 años. Siempre que le pides que adivine la edad de alguien que supera los 20 años, le observa detenidamente y responde: "Tienes 10 años". Tengas 70, 50 ó 20, para ese niño todos tienen 10 años. Que poseas las primeras dos cifras implica que te ve muy mayor. Tiene sentido; cuando se tiene una sola cifra las dos es el fin de todo.
Yo, cuando veo a alguien muy mayor, pienso: "debe de tener 100 años", las tres cifras es lo máximo para alguien de dos. No cambiamos tanto de niños a adultos; tan sólo nos separa una cifra".

("Todo lo que podríamos haber sido tú y yo sino fuéramos tú y yo", Albert Espinosa)

martes, 12 de junio de 2012

NUNCA BAILES DESCALZA


"La habitación que nos habían dado era pequeña con dos cuadros antiguos que estaban colgados muy juntos y mostraban paisajes de la región. La cama que presidía la habitación era preciosa o eso me pareció. Miré por la ventana, daba justo a la plaza. Me gustó. Además estaba amaneciendo. Aquella noche estaba siendo realmente especial. Yo no sabía qué decir, cómo comenzar. No sabía si desdoblar el papel, lanzarme y darle un beso apasionado o pintarla. Decidí lo último.

.- ¿Puedo pintarte?.

Ella asintió. Saqué las pinturas. Comencé ese rito tan precioso y que tanto tiempo añoré de mezclar colores. Ensuciar para conseguir belleza. Ella siguió mirándome.

.- ¿Sabes bailar?, le pregunté.

Ella comenzó a danzar, no a bailar, descalza. Mientras danzaba me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo... Nos abrazamos y lentamente nos quedamos dormidos. Creo recordar que fue la primera vez que dormí bien en una cama extraña".


("Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo", Albert Espinosa)