jueves, 30 de octubre de 2014

LA MIRADA A LOS SEIS AÑOS

"(...) Pero el mundo, cuando se tienen seis años, posee un brillo especial. Una carroza de madera, con una improvisada decoración de dorados, crespones y escenas de cuentos de hadas, la cabeza de un dragón en un escudo, Rapunzel con peluca de lana, una sirena con cola de celofán, una casita de pan de jengibre hecha con alcorza y cartones dorados, sin que falte la bruja en la puerta agitando sus uñas verdes y extrañas en dirección a un grupo de niños que miran en silencio... Cuando se tienen seis años se perciben sutilezas que un año más tarde ya no se captan. Detrás del papier-marché, de la alcorza, del plástico, todavía se ve a la bruja de verdad, la magia de verdad. Anouk levanta los ojos y me mira, con esos ojos que tienen el verde azulado de la Tierra cuando se la contempla desde muy alto, un color fulgurante"


("Chocolate", Joanne Harris)

miércoles, 29 de octubre de 2014

REGUSTO A PATIO DE COLEGIO

"Amanecer poblado de nubes con regusto a patio de colegio... Desde que crecimos de golpe ya no escuchamos la campana, pero allá sigue sonando. Recordamos con aprecio a maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos"


(Texto: Miguel Vivas. Fotografía: Robert Doisneau)

miércoles, 22 de octubre de 2014

EN EL SITIO QUE CORRESPONDE...

"A medida que nuestras sociedades son más y más confortables, es más y más difícil disfrutar. Para sentir placer necesitamos el no-confort. Se disfruta de comer cuando se siente hambre. Por eso buscamos vacaciones de ese confort, para volver a disfrutar de comer arroz cocido, beber agua casi potable o abrigarse con un saco de dormir. Lo he pasado mal en muchas ocasiones, pero al abrir la tienda de campaña en Mozambique o Kazajistán y ver el regalo del nuevo amanecer he sentido que contemplaba el mismísimo nacimiento del mundo y he sabido que estaba en el sitio que me correspondía"

("Diario de un nómada", Miquel Silvestre)

jueves, 16 de octubre de 2014

LA FELICIDAD, LA MEJOR MEDICINA

"El marqués decidió que no habría una cruz por pesada que fuera que no estuviera resuelto a cargar. De modo que la niña moriría en su casa...
Insistió una vez más en que el pronóstico no era alarmante. La herida estaba lejos del área de mayor riesgo y nadie recordaba que hubiera sangrado. Lo más probable es que Sierva María no contrajera la rabia.
.-"¿Y mientras tanto?", preguntó el marqués.
.-"Mientras tanto", dijo Abrenuncio, "tóquenle música, llenen la casa de flores, hagan cantar los pájaros, llévenla a ver los atardeceres en el mar, denle todo lo que pueda hacerla feliz". Se despidió con un voleo de sombrero en el aire y la sentencia latina de rigor. Pero esta vez la tradujo en honor del marqúes: "No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad""

("Del amor y otros demonios", Gabriel García Márquez)