domingo, 25 de diciembre de 2022

GRULLAS DE PAPEL

"Hubiera querido decirle más cosas, pero tenía la lengua y la boca inmóviles. Una lágrima rodó por su mejilla. ¡Le estaba causando tanto dolor a su madre! Y ella lo único que podía hacer eran grullas de papel y esperar un milagro...

Le daba vueltas, torpemente, al papel que tenía entre las manos. Sus dedos entumecidos ya no podían doblarlo.

-Ni siquiera puedo hacer una grulla -se dijo a sí misma-. Ciertamente me he convertido en una calamidad...

Lenta, muy lentamente, Sadako intentó, con todas sus fuerzas, doblar el papel antes de sumergirse en una total oscuridad. 

Debieron de transcurrir tan solo unos minutos, o tal vez horas, antes de que el doctor Numata entrara en la habitación y tocara la frente de Sadako. Retiró con cuidado el papel de las manos de la niña, quien apenas pudo oír sus palabras:

-Sadako, es hora de descansar. Mañana podrás hacer más grullas.

Sadako asintió con la cabeza. ¡Mañana! ¡Mañana parecía tan lejos, tan distante...!"

("Sadako y las mil grullas de papel"; Eleanor Coerr)


lunes, 19 de diciembre de 2022

MATAR AL NIÑO

"Es una lástima que cuando somos adolescentes nos afanemos tan violentamente por matar al niño que fuimos. Es entonces cuando abandonamos el juego, en el sentido más bonito de la palabra. Porque los niños aprenden mientras juegan, porque a partir del juego construimos cómo seremos, quiénes seremos. Y es bien sabido que el adolescente ha decidido que ya lo sabe todo, aunque la vida se guarde el derecho de arrancarle las verdades que cree poseer a golpe de guantazo.

A veces, si tenemos suerte, es la misma vida la que nos cruza la cara a golpe de realidad, la que empuja hacia nosotros a alguien que vuelve a lanzarnos al terreno de juego, y... no se trata de insuflarle vida al niño que fuimos, sino de aprender de él todo aquello que desaprendimos al crecer. Que es mucho."

("El arte de engañar al karma"; Elisabet Benavent)

LAS PALABRAS

"Las palabras, en ocasiones, son un animal de piel suave y resbaladiza. Un bache en un camino que llevaba demasiados kilómetros sin traer sorpresas. Un explosivo con una mecha corta. Un veneno de efecto tardío.

Las palabras, en ocasiones, son el sabor salado en la lengua, el recuerdo de un verano en el que llovió demasiado, la marca que dejó una quemadura del horno en la mano izquierda y el latigazo de dolor que lo provocó.

Pueden ser alivio, pueden ser rencor, pueden ser cariño, pueden ser promesa, pueden ser pasado pueden ser necesarias o molestar..., pero pocas veces tienes la suerte de toparte con unas cuantas que sean físicas. Que se proyecten en el techo mientras rezas por no gemir de impaciencia. Que se tocan, que saben, que huelen, que acarician".


("El arte de engañar al karma"; Elísabet Benavent)

LOTERÍA DE NAVIDAD

"Uno tiende a pensar, cuando tiene un curro que no le gusta, que sería feliz sin hacer nada. Fantaseamos mucho con mandarlo todo a la mierda, con que nos toque una cantidad de millones absurda y soez en la lotería y dedicarnos a rascarnos la zona genital, pero lo cierto es que... no es verdad. Todos necesitamos un motor. "Viajar y gastar dinero es un buen motor", pensarán muchos. Pero hay algo más. Somos algo más que apetencias. No somos lo que hacemos, pero hay algo muy nuestro en todo en lo que nos esforzamos. Y es verdad que sería feliz toamdno el sol en la cubierta de un barco de locos, pero también sé que sin nada en lo que esforzarme, nada en lo que encontrarme, nada que me hiciera sentir que empujo el mundo en la dirección hacia la que gira, por pequeño empujón que sea ese empujón..., pierdo una parte de la Catalina que me gusta. Así que, tras los primeros días sin tener que ir al trabajo, mis días eran un no saber qué hacer constante. Estudiaba, sí. Leía libros de arte y me aficioné a las biografías de artistas, pero el día tiene muchas horas y de todo se cansa una".


("El arte de engañar al karma"; Elisbet Benavent)

ATREZO

"La espuma había ido deshaciéndose y manchando las paredes blancas de la porcelana. En realidad, después del sorbo que habíamos dado en cuanto sirvió los dos cafés, no habíamos vuelto a darle ni un trago. A veces una copa de vino, una cerveza, un café, no son más que excusas, atrezo, una pieza con la que juguetear mientras alargas el tiempo. Hay gente con la que quedas para tomar una cerveza, aunque la cerveza no te apetezca lo más mínimo, porque lo que en realidad anhelas es un poco de esa persona que te acompaña".


("El arte de engañar al karma"; Elísabet Benavent)

EL PRIMER BESO

"El primer beso, sea con quien sea, y no estoy hablando particularmente de tu vida, es importante. De alguna manera, es proverbial. De él podemos deducir muchas cosas de los que vendrá. El primer beso con Mikel fue así: sorprendente, intenso, inesperado y profundo. Tendría que haber salido huyendo. Pero besaba demasiado bien..., tan bien que había que aprovecharlo. No me importaba que hubiera caído de la nada, que fuera intenso hasta quemar, demasiado profundo como para navegarlo sin naufragar".

("El arte de engañar al karma"; Elísabet Benavent)