miércoles, 19 de noviembre de 2014

HE APRENDIDO QUE EL PODER NO PUEDE TANTO COMO EL QUERER...


"He aprendido que el amor pasa, pero lo amado permanece. He aprendido que la sabiduría no se alcanza sabiendo, sino dudando. He aprendido que la vida es cruel con la mayoría y generosa con la minoría, por lo tanto es injusta con todos. He aprendido que hay miradas que dejan más huellas que cualquier pie. He aprendido que la resistencia de los grandes árboles proviene de sus raíces. He aprendido que el último paso es tan importante como el primero, porque el último paso de un camino andado es el primero de otro camino por andar.
He aprendido que hay más poesía en las calles que en las bibliotecas, y más música en el campo que en los conservatorios. He aprendido que cualquier hombre y cualquier mujer, desnudos en una cama miden exactamente lo mismo. He aprendido que las nubes tienen más poder el el Banco Mundial. He aprendido que tener buenos amigos consiste en ser buen amigo.
He aprendido que hay tanto mundos como personas, y tantas personas como formas de sentir. He aprendido que el miedo es un estado de la consciencia. He aprendido que al héroe no lo hace la capacidad de vencer sino la capacidad de sufrir. He aprendido que quien nos quiere nunca nos mienten, aunque no nos diga la verdad. He aprendido que tener tiempo es la mayor riqueza.
He aprendido a llorar con los que lloran, a reír con los que ríen y a callar con los que calla, sabiendo que mis propias lágrimas, mis propias risas y mis propios silencios tenían más valor en compañía. He aprendido que el reflejo de una mano izquierda es una mano derecha. He aprendido que se besa, se canta y se ve mejor con los ojos cerrados. He aprendido que Dios existe cuando creemos que existe.
He aprendido que las casas de verdad siempre tienen dos puertas, que las puertas de la verdad siempre tienen dos cerraduras y que las cerraduras de la verdad siempre tienen dos llaves. He aprendido que la madre abraza al hijo el primer día de su vida y ay no lo suelta jamás. He aprendido que el dolor es el mejor maestro y el amor es el mejor consejero. He aprendido que un hombre es tan libre como sus actos.
He aprendido que la soledad es un derecho natural del creador. He aprendido que la bondad siempre es un don para quienes la reciben pero también, a veces, es una maldición para quienes la ejercen. He aprendido la necesidad de olvidar lo que nos hizo daño, para volver a ser frágiles. He aprendido la importancia de olvidar viejos errores, para empezar a cometer errores nuevos.
He aprendido a rodearme de gente en paz para hacer la guerra. He aprendido que hay personas tan cegadas por la envidia que no podrían ver jamás sus propias virtudes. He aprendido que no hay esperanza más fuerte que la de los desesperados, que no hay felicidad más pura que la de los enfermos, que no hay dignidad más noble que la de las personas sencillas.
He aprendido que el problema, la mayoría de las veces, se soluciona comprendiéndolo. He aprendido a escribir, porque he aprendido a tachar. He aprendido a escuchar, porque he aprendido a callar. He aprendido a renacer, porque he aprendido a perdonar. He aprendido que mis seis era un nueve para ti, poniéndome en tu lugar.
He aprendido que no soy mejor que nadie, ni peor tampoco. He aprendido que hay historias de amor que, justamente porque no ocurrieron nunca, terminan siendo inolvidables. He aprendido que la felicidad no existe, sino que somo nosotros los que la hacemos o no la hacemos existir. He aprendido que el dinero salva menos vidas de la que compra. He aprendido que los ancianos necesitan tanto cuidado como los niños.
He aprendido que la codicia es una enfermedad social. He aprendido que el poder no puede tanto como el querer. He aprendido a no cantar sin un motivo, a no rezar sin un deseo, a no trabajar sin una esperanza. He aprendido que el humor es algo muy serio, y que la gente demasiado seria me suele hacer reír. He aprendido que el hombre neutral muere de neutralidad.
He aprendido a desaprender. He aprendido a desaprenderme. He aprendido a amar, que es lo mismo que aprender a vivir. He aprendido a vivir, que es lo mismo que aprender a convivir. Y eso, justamente eso, es lo único que quiero seguir aprendiendo. Y eso, justamente eso, es lo mejor que aspiro a aprender"


("He aprendido", artículo en Periódico Extremadura de José Manuel Díez)

sábado, 15 de noviembre de 2014

POR LA MEJOR RAZÓN DEL MUNDO

"-Creo...creo que, de hecho nunca te he dado las gracias, ¿no, Alfie?.

-¿Por qué?  

-Por tener éxito en tu misión secreta -le respondió Georgie, con una sonrisa-. Por ir a buscarme al hospital. Por sacarme de allí.

Ir a buscarme, llevarme a casa, salvarme. Nunca super por qué pensabas que debías hacerlo.
Georgie entró el carro en la vaquería y tiró de las riendas para que Señor Asquith se detuviera. Dentro estaba oscuro, y se volvió para mirar fijo a su hijo, su Alfie, que estaba preguntándose si podría volver a acompañarlo al día siguiente.
-Dime, hijo -continuó-, ¿por qué te tomaste tantas molestias?
Alfie se volvió y lo miró de hito en hito. Tenía muchos recuerdos en la cabeza, vivencias que en ocasiones no le dejaban dormir o le provocaban pesadillas similares a las de Georgie. La preocupación cuando su padre desapareció. El hedor del hospital. Los temblores de los pacientes. Su modo de hablar, los disparates que decían. Eran vivencias que jamás olvidaría, vivencias que influirían en el hombre que un día sería.
-¿Por qué, hijo? -repitió Georgie.
Alfie negó con la cabeza, apartó la mirada y se encogió de hombros por enésima vez ese día. No podía decirle la razón. Todavía no. Quizá cuando fuera mayor sería capaz de expresar las palabras en voz alta. En definitiva, ya las sabía. El señor Janácek se las había dicho hacía tiempo.
Lo había hecho por la mejor razón del mundo. Por amor"

("Salid de la trinchera y luego corred", Jonh Boyne)



miércoles, 12 de noviembre de 2014

MUERTOS DE HAMBRE

¿A efectos sociales qué significa ser artista?. Yo no sé muy bien cómo responde a eso, solo se me ocurre decir que es ser así y no se puede ser de otra manera. ¿Por qué no poner el mismo empeño en la creatividad que en la alfabetización?¿Dedicar las mismas horas a las Matemáticas que a la Danza?.
¿Realmente alguien piensa que nuestro mundo sería el mismo si no hubieran existido Sabina, Chillida, Neruda, los Rolling Stone, Mozart, Sinatra, Pirandello, María Callas, Eugenio, San Juan de la Cruz, Machado, Robert de Niro, Tim Burton, Disney, los Beatles, Fernando Fernán Gómez, Dante, Cantinflas, Paco de Lucía, Borges, Camarón, Chaplín, Michael Jackson, Gardel, Caetano Veloso, Davinci, John Lennon, Andy Warhol, Alberti, Homero, Eduardo Galeano, Julio Vernes, Isaac Asimov, Buñuel, Eric Clapton, Jorge Drexler, Sofía Loren, Dalí, Truman Capote...?¿De verdad alguien piensa que seríamos los mismos sin Madame Bovary, Carmen, El Cascanueces, Los Simpsons, La Sirenita, La Historia Interminable, El Bueno el Feo y el Malo, El Viejo y el Mar, Lágrimas Negras, Viaje al Centro de la Tierra, Penélope, Los Goonies, La Capilla Sixtina, El Padrino, Carmina Burana, Los Sopranos, Casa de Muñecas, Friends, Pulgarcito, FuenteOvejuna, Las Valkirias, La Guerra de Las Galaxias, Las Mil y una Noches, El Principito, Forrest Gump, El Quijote, Ojos Verdes...? Ahora nos parecen sagrados estos títulos, pero no deberíamos olvidar que en algún momento de la historia, un muerto de hambre, les dedicaba su tiempo, su energía, su vida, para que existan hoy.


"En estos tiempos que vivimos, más que nunca necesitamos la belleza, el arte. Ahora que cada vez estamos más deshumanizado, que la economía asfixia, que el tiempo se cuenta por horas de oficina, que es más fácil escribir un mensaje por el móvil que mirarnos a los ojos. Ahora, son imprescindibles esos muertos de hambre.
¿En serio alguien está convencido que todo sería igual sin las bulerías, el Impresionismo, el fado, los cuentos, el ballet, las pinturas rupestres, el Teatro Kabuki, el manga, el jazz, los sonetos, el cine negro, el gregoriano, el Dadaísmo, los cómics, los boleros, el teatro isabelino, la ciencia ficción, el tango, los frescos egipcios, el hip hop, la ópera, el claqué, la danza africana, los dibujos animados, las chirigotas de Cádiz, la novela histórica, los graffitis, el gospel...? Piénsenlo, y sin después de pensarlo su cabeza no les da ninguna conclusión, acudan al corazón y veamos qué pasa"



("Muertos de hambre", Elio González y Rubén Tejerina)