miércoles, 20 de junio de 2012

PEQUEÑA MUERTE


"(...) O tal vez no siempre lo seas, tal vez las cosas que suceden en el mundo se expliquen por la ocasión, por ejemplo, la luna deslumbrante que el  músico recuerda de su infancia habría pasado en vano si él se encontrara durmiendo, sí, la ocasión, porque tú ya eras otra vez una pequeña muerte cuando regresaste al dormitorio y te sentaste en el sillón, y más pequeña aún te hiciste cuando el perro se levantó de la alfombra y se subió a tu regazo que parecía de niña, y entonces tuviste un pensamiento de los más bonitos, pensaste que no era justo que la muerte, no tú, la otra, viniese algún día a apagar la brasa de aquel suave calor animal, así lo pensaste, quién lo diría, tú que estás tan habituada a los fríos árticos y antárticos que hacen en la sala en que te encuentras en este momento y adonde la voz de tu ominoso deber te llamó, el de matar a aquel hombre que, dormido, parecía tener en la cara el rictus amargo de quien en toda su vida había tenido una compañía realmente humana en la cama, que hizo un acuerdo con su perro para que cada uno soñara con el otro, el perro con el hombre, el hombre con el perro, que se levanta de noche con su pijama de raya para ir a la cocina a matar la sed, claro que sería más cómodo llevarse un vaso de agua al dormitorio cuando fuera a acostarse, pero no lo hace, prefiere su pequeño paseo nocturno por el pasillo hasta la cocina, en medio de la paz y el silencio de la noche, con el perro que siempre va detrás y a veces pide salir al patio, otras veces no. Este hombre tiene que morir, dices tú".

("Las intermitencias de la muerte", José Saramago)

martes, 19 de junio de 2012

COMO ARAÑAS ENTRE LAS ESTRELLAS



"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca... la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas".





("En el camino", Jack Kerouac)

miércoles, 13 de junio de 2012

¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!

"Me creo cualquier tipo de inexactitud en lo que respecta a los años. Si tú me dices 30 y es razonable, yo me lo creo aunque rondes los 40. Creo que la edad sirve de poco en esta vida. Mi madre decía que la edad verdadera están en el estómago y en la cabeza. Las arrugas son tan sólo fruto de las preocupaciones y de comer mal. Yo siempre he pensado que tenía razón, así que he intentado preocuparme poco y comer mucho.
He notado que la gente suele sentirse bien cuando me comenta su edad. Yo les respondo: "Te hacía más joven". Y eso vuelve loca a la gente. Esto y comentar el moreno de su piel es lo que más agradecen. Si le dices a alguien: "Te hacía más joven y estás muy moreno", la locura ya es máxima.


Es curioso el hijo de mi primo, que ahora tiene 6 años. Siempre que le pides que adivine la edad de alguien que supera los 20 años, le observa detenidamente y responde: "Tienes 10 años". Tengas 70, 50 ó 20, para ese niño todos tienen 10 años. Que poseas las primeras dos cifras implica que te ve muy mayor. Tiene sentido; cuando se tiene una sola cifra las dos es el fin de todo.
Yo, cuando veo a alguien muy mayor, pienso: "debe de tener 100 años", las tres cifras es lo máximo para alguien de dos. No cambiamos tanto de niños a adultos; tan sólo nos separa una cifra".

("Todo lo que podríamos haber sido tú y yo sino fuéramos tú y yo", Albert Espinosa)

martes, 12 de junio de 2012

NUNCA BAILES DESCALZA


"La habitación que nos habían dado era pequeña con dos cuadros antiguos que estaban colgados muy juntos y mostraban paisajes de la región. La cama que presidía la habitación era preciosa o eso me pareció. Miré por la ventana, daba justo a la plaza. Me gustó. Además estaba amaneciendo. Aquella noche estaba siendo realmente especial. Yo no sabía qué decir, cómo comenzar. No sabía si desdoblar el papel, lanzarme y darle un beso apasionado o pintarla. Decidí lo último.

.- ¿Puedo pintarte?.

Ella asintió. Saqué las pinturas. Comencé ese rito tan precioso y que tanto tiempo añoré de mezclar colores. Ensuciar para conseguir belleza. Ella siguió mirándome.

.- ¿Sabes bailar?, le pregunté.

Ella comenzó a danzar, no a bailar, descalza. Mientras danzaba me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo... Nos abrazamos y lentamente nos quedamos dormidos. Creo recordar que fue la primera vez que dormí bien en una cama extraña".


("Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo", Albert Espinosa)

sábado, 2 de junio de 2012

SMS

"Mi madre opinaba que los mensajes de texto de móvil contenían mucha verdad en pocos caracteres. La gente se esmeraba en contar sus sentimientos sin que el coste fuera excesivo. La concisión de los sentimientos. Ella guardaba muchos de los que recibía. Jamás los transcribía, jamás los pasaba a otros formatos. Creía que entonces perdían su magia. Guardaba mensajes de más de diez años de antigüedad. Me decía que en ellos había dolor extremo, pasión sincera y puro sexo. 
Los sms, según ella, eran el acrónimo de "sexo más sexo". Me contaba que todo el mundo tenía guardado en su móvil algún mensaje sexual. Y que a veces sólo la persona que lo había recibido sabía que lo era; cualquier otro que lo leyese no lo descubriría. Ya que para ello debías conocer la hora a la que lo habías recibido, el hecho que se había pronunciado anteriormente y su intensidad. 
Ella decía que los mensajes fantásticos eran el epílogo perfecto a una gran quedada. Cuántas veces sabes que tras una buena cita o quedad, al marcharte, a los pocos minutos de separarte de la otra persona recibirás un sms confirmando tu percepción de esos momentos compartidos.
A veces es más importante el mensaje que la propia quedada.
Yo también guardaba un mensaje en mi móvil desde hace tiempo, uno muy sexual, de esos que, como decía mi madre, nadie se lo imaginaria. Tan sólo decía: "¿Vienes?". Me lo envió una chica cuando yo estaba inmerso en una relación. Cuando lo recibí, lo leí, y me excité. Durante semanas lo releía y continuaba excitándome. No fui jamás a donde ella quería, por eso quizá aún guardaba ese sms y aún me ponía".

("Todo lo que podíamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo", Albert Espinosa)