domingo, 25 de febrero de 2024

EL VERDADERO MAESTRO

"-Sí, pequeño, porque la en esta vida hay que ser humilde: mucho cuidado con quién pisas al subir, porque te lo encuentras al bajar. Y también aprendiz, porque el día que deje de aprender, dejaré de enseñar. Porque el verdadero maestro es el que aprende de sus alumnos, el verdadero entrenador el que aprende de sus deportistas y el verdadero padre el que aprende de sus hijos".

("Cola de lagartija"; Jero García)

viernes, 29 de diciembre de 2023

LA MUERTE ES ESO

"Querida hermana,

No, la guerra no es lo que creía. No te lleva a tierras lejanas y gentes distintas, la guerra es un país ella sola que huele a muerte, a sangre y vómito ácido. Es obscena porque no tiene vergüenza de dejar a los hombres desnudos por dentro y, Tina, dentro no hay nada.

¿Recuerdas cuando eras niña y jugábamos a "¿Qué derrama el agua del tonel?"?. Siempre encontrabas aquello que era capaz de colmar el borde: la piedra justa o la bota lo suficientemente pesada. Pues la muerte es eso, y como tú, siempre acierta; entra y derrama todo lo tuyo para instalarse ella, te desaloja y te pierdes entre el barro y las maderas. Y no hay nada glorioso en ellos".

("La sombra de la tierra"; Elvira Mínguez)



lunes, 25 de diciembre de 2023

ATARDECER EN MARZO

"Los atardeceres en esta época no se pueden atrapar, Baldo, son furiosos y dominantes; estallan siempre alejados de nosotros y nunca se quedan quietos en el aire. Míralo: el cielo se rompe en pedazos rojos y naranjas con tanta rabia que estas pobres nubes blancas no tienen más remedio que esconderse en el horizonte y allí esperar a la luz violeta que es la única que puede con ellos; entonces, cuando las nubes ya se han teñido del color de la lavanda y ya no se reconocen entre ellas, corren a esconderse entre las hojas de los enebros, atemorizadas unas de otras. Las hojas las atrapan con sus espinas y ellas, quietas en la sombra de la tierra, sueñan que vuelven a ser libres".

("La sombra de la tierra"; Elvira Mínguez)

lunes, 18 de diciembre de 2023

ESCALONES DE LA VIDA

"Y la vida se escalona en "edad de": hacer la primera comunión y recibir un reloj, hacerse la primera permanente las chicas y tener su primer traje los chicos, tener la regla y el derecho a llevar medias, edad de beber vino en las comidas familiares, de tener derecho a fumar un cigarrillo y de quedarse cuando se cuentan historias picantes, de trabajar y de ir al baile, de hacer el servicio militar, de ver películas ligeras, edad de casarse y de tener niños, de vestirse de negro, de dejar de trabajar, de morir. No se piensa en ellos, se hace".

("La vergüenza", Annie Arnaux)

lunes, 21 de agosto de 2023

DECIR MADRE

 -Mamá...-le digo.

-¿Qué?

-¿Hay cerezas?

Sé que hay. Pero es el placer de decir "madre" en voz alta lo que multiplica la vida.

Las palabras que nos gustan debemos decirlas antes de que dejen de tener sentido.

Por eso, ella no lo nota, empiezo todas mis oraciones desde hace meses con un "mamá...".

("Adiós, pequeño"; Máximo Huerta)


domingo, 6 de agosto de 2023

PUEBLOS

"Y en los pueblos la vida es como un ultramarinos donde todo sucede cerca, donde todo lo encuentras y hasta la muerte coincide con la calle de la vida por donde pasa la fiesta y la procesión".

("Adiós, pequeño"; Máximo Huerta)

lunes, 31 de julio de 2023

UNIVERSO ETERNO QUE DURA POCO

"Soñaba de niño con ser maestro. El camino al colegio era un senderito hecho de pasos entre las huertas, comido de bichos y florecillas blancas. A veces, amapolas, que llegaban a casa muertas, pero que emocionaban como claveles. Iba hasta la escuela con mi paraguas, pinchándolo en el barro, a modo de bastón. Calándome los tobillos en cada charco y pensando en el abrigo de la clase calentita que daba al patio. Llega ahora el olor a ceras, a cartulinas, a libretas nuevas, a estuches de plástico y sudor infantil. Era mi mesa un terrenito alegre en el que, con buena letra, hacía deberes y me quedaba colgado del techo pensando en las musarañas. Tan amigas siempre de aquella infancia.

La pared con las perchas llenas de abrigos al fondo y una cruz y los reyes sobre la pizarra.

Veo de nuevo la coleta tranzada de la Carmen Tamarit, que solía sentarse cerca de mí, los rizos de la Paqui, el pelito lacio de la Ana, el pelucón de la Begoña, la melenita alegre de la Aida y el flequillo tieso del Vicente. Veo los mismos pantalones, las mochilas idénticas y los jerséis de lana que pinchaban, las rodilleras en el vaquero, las panas y las chaquetas marrones, "sufridas", para jugar.

La fuente junto al conserje, el tío Paco, en la que hacíamos cola, y los bordillos para los que no queríamos jugar al fútbol con la pelota.

Soy yo desde la ventana, pegando recortables en las postales, sacando punta de manera infinita los plastidecores, haciendo bolitas con las gomas de borrar. Universo eterno que dura poco. Pequeño paraíso carente de complicaciones. Algunas faltas, malas costumbres y vanidades varias frente a la pizarra. Colegio. Profesor. Alumnos.

Me acuerdo también de Aurelio, de Ferrer, de Eduardo, de Esmeralda, Sebastián y algunos otros. Me acuerdo de mi miedo a las tablas de multiplicar. Aparece el compás, los afluentes del Ebro, las raíces cuadradas y la revolución industrial. Salta algún dibujo, el columpio, siempre ocupado y la puerta abierta a la hora de la salida. Tropel de muchachos hacia sus casas, otra vez las huertas, los bordillos de las acequias, las carreras y el timbre".

("Adiós, pequeño"; Máximo Huerta)