lunes, 9 de julio de 2012

MÁS QUE SOMBRAS


"Ciertas personas creen que cuando llega la hora de morir vemos una luz blanca cegadora y muy intensa. Sin embargo, yo no veo más que sombras. Sombras gigantes hasta donde alcanza mi vista y también veo una tormenta. de copos negros. Una nieve negra que recubre progresivamente mis manos, luego mis brazos separados. Parece que nazcan rosas rojas, hasta tal punto que la sangre perfora el suelo polvoriento. Luego las rosas se borran, y mi cuerpo entero desaparece también. Estoy a la vez relajado y nervioso, como si me preparara para un largo viaje en avión.
Un último ramillete de chispas nace bajo mis párpados: Miss Acacia bailando en equilibrio sobre sus pequeños tacones de aguja,  mi querida doctora Madeleine inclinada hacia mí, dándole cuerda al reloj de mi corazón, Arthur vociferando su swing a golpes de "Oh When the Saints", Miss Acacia bailando sobre sus agujas, Miss Acacia bailando sobre sus agujas, Miss Acacia bailando sobre sus agujas...
Los gritos llenos de espanto de Miss Acacia me sacan finalmente de ese estado segundo. Levanto la cabeza y la contemplo. Tengo dos agujas rotas entre mis manos. En su mirada, la tristeza y la cólera han dejado su lugar al miedo. Sus mejillas, se ahuecan, sus cejas en acento circunflejo recortan su frente. Sus ojos, ayer repletos de amor, parecen dos calderas llenas de agujeros. Tengo la impresión de que me observa una hermosa muerta. Me invade un inmenso sentimiento de vergüenza, mi cólera hacia mí mismo sobrepasa la que siento por Joe.
(...) Sin embargo, me creía capaz de todo por ella, de pulverizar copos de luna para cubrir de brillo sus párpados, de no dormir nunca más hasta los trinos de los pájaros que bostezan a las cinco de la mañana, de atravesar la tierra para reunirme con ella al otro lado del mundo... ¿Y cuál ha sido el resultado?.
Un relámpago atraviesa en eslalon los árboles para terminar su trayecto en la playa silenciosa. El mar se ilumina por un instante.
(...) Es hora de que vuelva a empaquetar mis cacerolas de sueños".

("La mecánica del corazón",  Mathias Malzieu)



No hay comentarios:

Publicar un comentario