“Mi padre
presumía de haber sido el primero en fabricar un bisturí eléctrico en España,
aunque seguramente tomó la idea de una publicación extranjera. Recuerdo haberle
visto inclinado sobre la mesa del taller, efectuando cortes en un filete de
vaca, asombrado por la precisión y la limpieza del tajo. No olvidaré nunca el
momento en el que se volvió hacia mí, que le observaba un poco asustado, para
pronunciar aquella frase fundacional:
.-Fíjate, Juanjo, cauteriza la herida en el momento de producirla.
Cuando escribo a mano, sobre un cuaderno, como ahora, creo que me parezco un poco a mi padre en el acto de probar el bisturí eléctrico, pues la escritura abre y cauteriza al mismo tiempo las heridas".
("El Mundo", Juan José Millás)
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