"A su debido tiempo le enseñaré a vencer. Usted quiere volar, pero no se puede empezar volando. Primero debo enseñarle a andar, y lo primero que hay que hacer para andar es comprender que, quien no se obedece a sí mismo, es gobernado por otros. Es más, es mucho más fácil obedecer a otros que gobernarse a sí mismo."
("El día que Nietzsche lloró", Irvin David Yalom)
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