"Querida hermana,
No, la guerra no es lo que creía. No te lleva a tierras lejanas y gentes distintas, la guerra es un país ella sola que huele a muerte, a sangre y vómito ácido. Es obscena porque no tiene vergüenza de dejar a los hombres desnudos por dentro y, Tina, dentro no hay nada.
¿Recuerdas cuando eras niña y jugábamos a "¿Qué derrama el agua del tonel?"?. Siempre encontrabas aquello que era capaz de colmar el borde: la piedra justa o la bota lo suficientemente pesada. Pues la muerte es eso, y como tú, siempre acierta; entra y derrama todo lo tuyo para instalarse ella, te desaloja y te pierdes entre el barro y las maderas. Y no hay nada glorioso en ellos".
("La sombra de la tierra"; Elvira Mínguez)