viernes, 26 de diciembre de 2014

EL INFINITO PERFECTO

"Nos alojamos en la modestísima casa de huéspedes. Un jergón, una mosquitera vieja, ventanas rotas y una toalla áspera. La hermana preparó la cena. Pescado, tomate y arroz. Un banquete para invitados. Después, salimos a la azotea. Allí las vi por primera vez. Desde entonces, amo África; no por lo que hay en ella, sino por lo que hay encima de ella. Nunca se puede uno cansar de ver tantas estrellas. Es el infinito perfecto aunque se un infinito falso. No existe el infinito. No para nuestro humano cerebro de Homo sapiens sapiens. Incluso bajo el más inmenso cielo, los miserables reptiles evolucionados que somos solo podemos apreciar una pequeña parte de su pureza"



("Un millón de piedras", Miquel Silvestre)

jueves, 25 de diciembre de 2014

OBSERVACIONES SOBRE LA VERDAD



"Supongamos que de un extremo de la soga de la vida tiran veinte hombres y del otro extremo tira un niño. Si el tema a trata es la duda, caerá el niño. Si el tema a tratar es la verdad, caerán los veinte hombres.
Hay tanto disfraz, tanta excusa, tanta coartada en nuestro día a día que ya hemos olvidado cuáles son las verdaderas verdades. Y más aún: dónde encontrarlas y quiénes las representan y defienden. Quizá nunca las conocimos completamente, pero algo había en nuestra inocencia, en nuestra capacidad de asombro infantil que, en mayor o menor medida, aún las mantenía con vida en nosotros. Y, a veces, muy pocas veces, todavía aparecen de improviso en las palabras de un anciano, en los ojos de un desconocido o en las manos que ofrecen ayuda a otras manos.
¿Por qué está tan poco valorado lo verdadero? ¿Por qué la astucia, la argucia, la picaresca parecen más validas para vivir y sobrevivir en estos tiempos y en este mundo? ¿Por qué nadie reacciona ante la oleada de mentiras sociales, políticas, informativas que estamos viviendo? ¿Por qué permitimos que nos enmascaren la verdad asiduamente y nos la vendan prefabricada por intereses ilegítimos y nos la den a probar siempre edulcorada, al antojo de una minoría embaucadora de la mayoría?
Me hago estas preguntas desde hace muchos años, pero sobre todo, con mayor tristeza, desde que empecé a pensar por mí mismo y a descreer de un ser humano al que parecen quedarle mejor otros nombres autoimpuestos: ser inhumanizado, ser aborregado, ser alienado, ser adoctrinado. Y sin embargo, curiosamente, cada vez me preocupa menos esa invisibilidad de los verdadero (lo verdadero es por sí mismo) y sí los motivos que la respaldan y los intereses que la ocultan. Eso sí me quita el sueño.
¿Por qué cada día nos son revelados más casos de corrupción, de injusticia, de engaños, de robos, de burlas a la ley y a la ciudadanía en general?¿Y por qué nadie parece inmutarse?¿Es la verdad, cuando sale a la luz tan impactante que nos hemos acostumbrado a descreer también de ella?¿Está el hombre tan acostumbrado a acatar la mentira que ha dejado de afectarle la verdad cuando es destructiva y dolorosa?¿Estamos tan mediatizados por la televisión, las noticias masivas, la información fluctuante de internet que nos cuesta diferenciar la realidad de la ficción y, más aún, la realidad de la invención?
Como ya he dicho, lo verdadero es por sí mismo, y no puede ser destruido ni tergiversado por la acción humana, prevaleciendo sobre ella cuando y donde menos lo imaginamos. La verdad, por definición, es única y dueña de sí misma. La verdad es fin, y todo turbio interés por convertirla en medio termina por mudarla en fraude. ¿Es a esto a lo que nos hemos acostumbrado?¿Son tantas las falsas verdades que hemos tomado como buenas y fiables, que ahora no sabemos diferenciarlas de su versión fidedigna?¿Son estos los preceptos morales hacia los que avanzamos?
Deberíamos sentir miedo por todo este entramado de enrevesamientos, apariencias, evasivas y disimulos interpuestos entre nosotros y la verdad. Ver lo que no existe puede ser fe, pero ver lo que no existe y otros nos hacen ver es ceguera. Y no es una ceguera casual: cuantas más versiones se nos da de lo verdadero más nos alejamos de la única versión fehaciente que puede ser lo verdadero.
Es generalizado el tejemaneje. Va de boca en boca, de boca a oído y de pensamiento a pensamiento. Incluso podemos ser cómplices de él sin ni siquiera sospecharlo. Lo vivimos a nivel político, judicial, empresarial y hasta sindical. Lo vivimos en las relaciones de desconfianza hacia terceros. Lo vivimos en las propias máscaras con las que nos enfrentamos a nuestra propia concepción de nosotros mismos. Por eso interesa tanto generar dudas: la duda del ser en sí mismo como individuo conlleva a la duda del ser como sociedad. Y la duda genera caos, y el caos genera miedo, y el miedo genera represión. Y no sigo... porque los pocos lectores atentos que hayan alcanzado con su lectura hasta esta línea, no necesitarán que siga.
Así mismo, si la propia palabra Verdad ha sido ninguneada y despojada de sus significados más irrefutables, ¿qué sentido verdadero tendrán ahora otras palabras, ideas e ideales esenciales como Libertad, Justicia, Democracia, Solidaridad, Empatía, Bondad? Y así mismo: ¿de qué sirve saber la verdad? O, dicho de otro modo: ¿de qué sirve saber que no sabemos la verdad?



En base a todo esto, dejo aquí tres preguntas, tres ejemplos, que me lanzaba, con pesimismo en su voz, un buen amigo hace unos días: ¿De qué nos sirve saber de forma documentada y certera que la energía nuclear solo nos puede traer desgracias, como las de Chernobyl o Fukushima, si pasan los años y nos reaccionamos?¿De qué sirve saber que los bancos son entidades desarrolladas a partir de sistemas de sociabilización de clases y de privilegios para solo unos pocos, si pasan los años y no reaccionamos?¿De qué nos sirve saber que la mayor parte de la comida que consumimos está adulterada, contaminada por todo tipo de productos transgénicos, tóxicos y hasta cancerígenos, y favorece el consumo de energías no renovables y las desigualdades entre pobres y ricos, si pasan los años y no reaccionamos?
El gran escritor, pensador y crítico William Saroyan escribió: "Hace mucho tiempo nos inventamos las reglas, y ahora, después de todo este tiempo, nos preguntamos si son las auténticas, si no cometimos algún error desde el comienzo". Y de esta frase, terriblemente verdadera, ha pasado ya casi un siglo. 
Yo no tengo las soluciones, por supuesto. No, al menos, las soluciones globales. Sí procuro tener mis propias soluciones o paliativos al error, porque siempre he creído que los grandes cambios provienen, fundamentalmente, de uno mismo. Y si algo he aprendido en mi mediana pero intensa edad, es que la verdad real siempre está muy cerda de la felicidad real: trabajar en lo que uno ama, tener menos cosas pero cuidar mejor de ellas, no engañarnos a nosotros mismos para no engañar a nadie, usar la verdad para construir y no para destruir(nos). Con esta sencilla conciencia escribo. Con esta necesaria conciencia me gustaría ser leído"



("Observaciones sobre la verdad", Artículo en Periódico de Extremadura de José Manuel Díez)

miércoles, 19 de noviembre de 2014

HE APRENDIDO QUE EL PODER NO PUEDE TANTO COMO EL QUERER...


"He aprendido que el amor pasa, pero lo amado permanece. He aprendido que la sabiduría no se alcanza sabiendo, sino dudando. He aprendido que la vida es cruel con la mayoría y generosa con la minoría, por lo tanto es injusta con todos. He aprendido que hay miradas que dejan más huellas que cualquier pie. He aprendido que la resistencia de los grandes árboles proviene de sus raíces. He aprendido que el último paso es tan importante como el primero, porque el último paso de un camino andado es el primero de otro camino por andar.
He aprendido que hay más poesía en las calles que en las bibliotecas, y más música en el campo que en los conservatorios. He aprendido que cualquier hombre y cualquier mujer, desnudos en una cama miden exactamente lo mismo. He aprendido que las nubes tienen más poder el el Banco Mundial. He aprendido que tener buenos amigos consiste en ser buen amigo.
He aprendido que hay tanto mundos como personas, y tantas personas como formas de sentir. He aprendido que el miedo es un estado de la consciencia. He aprendido que al héroe no lo hace la capacidad de vencer sino la capacidad de sufrir. He aprendido que quien nos quiere nunca nos mienten, aunque no nos diga la verdad. He aprendido que tener tiempo es la mayor riqueza.
He aprendido a llorar con los que lloran, a reír con los que ríen y a callar con los que calla, sabiendo que mis propias lágrimas, mis propias risas y mis propios silencios tenían más valor en compañía. He aprendido que el reflejo de una mano izquierda es una mano derecha. He aprendido que se besa, se canta y se ve mejor con los ojos cerrados. He aprendido que Dios existe cuando creemos que existe.
He aprendido que las casas de verdad siempre tienen dos puertas, que las puertas de la verdad siempre tienen dos cerraduras y que las cerraduras de la verdad siempre tienen dos llaves. He aprendido que la madre abraza al hijo el primer día de su vida y ay no lo suelta jamás. He aprendido que el dolor es el mejor maestro y el amor es el mejor consejero. He aprendido que un hombre es tan libre como sus actos.
He aprendido que la soledad es un derecho natural del creador. He aprendido que la bondad siempre es un don para quienes la reciben pero también, a veces, es una maldición para quienes la ejercen. He aprendido la necesidad de olvidar lo que nos hizo daño, para volver a ser frágiles. He aprendido la importancia de olvidar viejos errores, para empezar a cometer errores nuevos.
He aprendido a rodearme de gente en paz para hacer la guerra. He aprendido que hay personas tan cegadas por la envidia que no podrían ver jamás sus propias virtudes. He aprendido que no hay esperanza más fuerte que la de los desesperados, que no hay felicidad más pura que la de los enfermos, que no hay dignidad más noble que la de las personas sencillas.
He aprendido que el problema, la mayoría de las veces, se soluciona comprendiéndolo. He aprendido a escribir, porque he aprendido a tachar. He aprendido a escuchar, porque he aprendido a callar. He aprendido a renacer, porque he aprendido a perdonar. He aprendido que mis seis era un nueve para ti, poniéndome en tu lugar.
He aprendido que no soy mejor que nadie, ni peor tampoco. He aprendido que hay historias de amor que, justamente porque no ocurrieron nunca, terminan siendo inolvidables. He aprendido que la felicidad no existe, sino que somo nosotros los que la hacemos o no la hacemos existir. He aprendido que el dinero salva menos vidas de la que compra. He aprendido que los ancianos necesitan tanto cuidado como los niños.
He aprendido que la codicia es una enfermedad social. He aprendido que el poder no puede tanto como el querer. He aprendido a no cantar sin un motivo, a no rezar sin un deseo, a no trabajar sin una esperanza. He aprendido que el humor es algo muy serio, y que la gente demasiado seria me suele hacer reír. He aprendido que el hombre neutral muere de neutralidad.
He aprendido a desaprender. He aprendido a desaprenderme. He aprendido a amar, que es lo mismo que aprender a vivir. He aprendido a vivir, que es lo mismo que aprender a convivir. Y eso, justamente eso, es lo único que quiero seguir aprendiendo. Y eso, justamente eso, es lo mejor que aspiro a aprender"


("He aprendido", artículo en Periódico Extremadura de José Manuel Díez)

sábado, 15 de noviembre de 2014

POR LA MEJOR RAZÓN DEL MUNDO

"-Creo...creo que, de hecho nunca te he dado las gracias, ¿no, Alfie?.

-¿Por qué?  

-Por tener éxito en tu misión secreta -le respondió Georgie, con una sonrisa-. Por ir a buscarme al hospital. Por sacarme de allí.

Ir a buscarme, llevarme a casa, salvarme. Nunca super por qué pensabas que debías hacerlo.
Georgie entró el carro en la vaquería y tiró de las riendas para que Señor Asquith se detuviera. Dentro estaba oscuro, y se volvió para mirar fijo a su hijo, su Alfie, que estaba preguntándose si podría volver a acompañarlo al día siguiente.
-Dime, hijo -continuó-, ¿por qué te tomaste tantas molestias?
Alfie se volvió y lo miró de hito en hito. Tenía muchos recuerdos en la cabeza, vivencias que en ocasiones no le dejaban dormir o le provocaban pesadillas similares a las de Georgie. La preocupación cuando su padre desapareció. El hedor del hospital. Los temblores de los pacientes. Su modo de hablar, los disparates que decían. Eran vivencias que jamás olvidaría, vivencias que influirían en el hombre que un día sería.
-¿Por qué, hijo? -repitió Georgie.
Alfie negó con la cabeza, apartó la mirada y se encogió de hombros por enésima vez ese día. No podía decirle la razón. Todavía no. Quizá cuando fuera mayor sería capaz de expresar las palabras en voz alta. En definitiva, ya las sabía. El señor Janácek se las había dicho hacía tiempo.
Lo había hecho por la mejor razón del mundo. Por amor"

("Salid de la trinchera y luego corred", Jonh Boyne)



miércoles, 12 de noviembre de 2014

MUERTOS DE HAMBRE

¿A efectos sociales qué significa ser artista?. Yo no sé muy bien cómo responde a eso, solo se me ocurre decir que es ser así y no se puede ser de otra manera. ¿Por qué no poner el mismo empeño en la creatividad que en la alfabetización?¿Dedicar las mismas horas a las Matemáticas que a la Danza?.
¿Realmente alguien piensa que nuestro mundo sería el mismo si no hubieran existido Sabina, Chillida, Neruda, los Rolling Stone, Mozart, Sinatra, Pirandello, María Callas, Eugenio, San Juan de la Cruz, Machado, Robert de Niro, Tim Burton, Disney, los Beatles, Fernando Fernán Gómez, Dante, Cantinflas, Paco de Lucía, Borges, Camarón, Chaplín, Michael Jackson, Gardel, Caetano Veloso, Davinci, John Lennon, Andy Warhol, Alberti, Homero, Eduardo Galeano, Julio Vernes, Isaac Asimov, Buñuel, Eric Clapton, Jorge Drexler, Sofía Loren, Dalí, Truman Capote...?¿De verdad alguien piensa que seríamos los mismos sin Madame Bovary, Carmen, El Cascanueces, Los Simpsons, La Sirenita, La Historia Interminable, El Bueno el Feo y el Malo, El Viejo y el Mar, Lágrimas Negras, Viaje al Centro de la Tierra, Penélope, Los Goonies, La Capilla Sixtina, El Padrino, Carmina Burana, Los Sopranos, Casa de Muñecas, Friends, Pulgarcito, FuenteOvejuna, Las Valkirias, La Guerra de Las Galaxias, Las Mil y una Noches, El Principito, Forrest Gump, El Quijote, Ojos Verdes...? Ahora nos parecen sagrados estos títulos, pero no deberíamos olvidar que en algún momento de la historia, un muerto de hambre, les dedicaba su tiempo, su energía, su vida, para que existan hoy.


"En estos tiempos que vivimos, más que nunca necesitamos la belleza, el arte. Ahora que cada vez estamos más deshumanizado, que la economía asfixia, que el tiempo se cuenta por horas de oficina, que es más fácil escribir un mensaje por el móvil que mirarnos a los ojos. Ahora, son imprescindibles esos muertos de hambre.
¿En serio alguien está convencido que todo sería igual sin las bulerías, el Impresionismo, el fado, los cuentos, el ballet, las pinturas rupestres, el Teatro Kabuki, el manga, el jazz, los sonetos, el cine negro, el gregoriano, el Dadaísmo, los cómics, los boleros, el teatro isabelino, la ciencia ficción, el tango, los frescos egipcios, el hip hop, la ópera, el claqué, la danza africana, los dibujos animados, las chirigotas de Cádiz, la novela histórica, los graffitis, el gospel...? Piénsenlo, y sin después de pensarlo su cabeza no les da ninguna conclusión, acudan al corazón y veamos qué pasa"



("Muertos de hambre", Elio González y Rubén Tejerina)

jueves, 30 de octubre de 2014

LA MIRADA A LOS SEIS AÑOS

"(...) Pero el mundo, cuando se tienen seis años, posee un brillo especial. Una carroza de madera, con una improvisada decoración de dorados, crespones y escenas de cuentos de hadas, la cabeza de un dragón en un escudo, Rapunzel con peluca de lana, una sirena con cola de celofán, una casita de pan de jengibre hecha con alcorza y cartones dorados, sin que falte la bruja en la puerta agitando sus uñas verdes y extrañas en dirección a un grupo de niños que miran en silencio... Cuando se tienen seis años se perciben sutilezas que un año más tarde ya no se captan. Detrás del papier-marché, de la alcorza, del plástico, todavía se ve a la bruja de verdad, la magia de verdad. Anouk levanta los ojos y me mira, con esos ojos que tienen el verde azulado de la Tierra cuando se la contempla desde muy alto, un color fulgurante"


("Chocolate", Joanne Harris)

miércoles, 29 de octubre de 2014

REGUSTO A PATIO DE COLEGIO

"Amanecer poblado de nubes con regusto a patio de colegio... Desde que crecimos de golpe ya no escuchamos la campana, pero allá sigue sonando. Recordamos con aprecio a maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos"


(Texto: Miguel Vivas. Fotografía: Robert Doisneau)

miércoles, 22 de octubre de 2014

EN EL SITIO QUE CORRESPONDE...

"A medida que nuestras sociedades son más y más confortables, es más y más difícil disfrutar. Para sentir placer necesitamos el no-confort. Se disfruta de comer cuando se siente hambre. Por eso buscamos vacaciones de ese confort, para volver a disfrutar de comer arroz cocido, beber agua casi potable o abrigarse con un saco de dormir. Lo he pasado mal en muchas ocasiones, pero al abrir la tienda de campaña en Mozambique o Kazajistán y ver el regalo del nuevo amanecer he sentido que contemplaba el mismísimo nacimiento del mundo y he sabido que estaba en el sitio que me correspondía"

("Diario de un nómada", Miquel Silvestre)

jueves, 16 de octubre de 2014

LA FELICIDAD, LA MEJOR MEDICINA

"El marqués decidió que no habría una cruz por pesada que fuera que no estuviera resuelto a cargar. De modo que la niña moriría en su casa...
Insistió una vez más en que el pronóstico no era alarmante. La herida estaba lejos del área de mayor riesgo y nadie recordaba que hubiera sangrado. Lo más probable es que Sierva María no contrajera la rabia.
.-"¿Y mientras tanto?", preguntó el marqués.
.-"Mientras tanto", dijo Abrenuncio, "tóquenle música, llenen la casa de flores, hagan cantar los pájaros, llévenla a ver los atardeceres en el mar, denle todo lo que pueda hacerla feliz". Se despidió con un voleo de sombrero en el aire y la sentencia latina de rigor. Pero esta vez la tradujo en honor del marqúes: "No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad""

("Del amor y otros demonios", Gabriel García Márquez)